“Elías, mi librero de cabecera”, fotografía cortesía de Paco Sancho.
Fotografía en Blanco y Negro
Todos nos hemos preguntado alguna vez, ¿Quedará mejor en blanco y negro o en color?. Esta pregunta debemos hacérnosla antes de tomar la foto y no en el momento de procesarla. La fotografía en blanco y negro no destaca por sus llamativos colores, sólo depende de nuestra capacidad para comunicar en un mundo de grises. De hecho, hay que prestar mucha atención a la composición, a la iluminación, a la perspectiva y al contexto que son los factores que podemos manejar en la técnica de blanco y negro, y esto hay que hacerlo desde el momento de su toma, sabiendo lo que buscamos. Sin embargo, la fotografía en blanco y negro no debe considerarse como limitante, las capacidades artísticas y expresivas del blanco y negro son infinitas.
Imaginar una fotografía en blanco y negro no es nada fácil. Hay que traducir los colores, las luces y las sombras, en grises y se necesita mucha práctica para conseguirlo. La complejidad no acaba aquí, al fotografiar en blanco y negro, hay ciertos tonos de color que se traducen en unos grises muy similares, y que por consiguiente si están juntos en la foto, pueden llegar a “empastarse”, con la consiguiente pérdida de detalle.
A veces lo intuyo desde el primer momento, “esta es una fotografiara para blanco y negro”. Intuyo la fotografía sin color. Ahora bien, la compongo y la ajusto pensando en blanco y negro, pero siempre hay que tomarla en color.
Os daré mis argumentos. El modo blanco y negro de las cámaras digitales, por su inmediatez, acelerara nuestro aprendizaje de la correspondencia entre la realidad en color y su representación el blanco y negro. Sin embargo, no recomiendo hacer la tomas en blanco y negro, porque en la propia cámara se produce una conversión automática por desaturación, y esto hace que se pierda mucha información que puede ser esencial para su procesado posterior. Según mi opinión, la mejor forma de hacer fotografía en blanco y negro es haciendo las tomas en RAW, y partiendo del color convertirlas a blanco y negro mediante diferentes técnicas que iremos viendo en otras entradas.
El contraste es un elemento esencial en la fotografía de blanco y negro. Un alto contraste, reduce los tonos intermedios dando más volumen y fuerza a la fotografía y resalta los rasgos y textura de la misma. Por el contrario, un bajo contraste, suavizará el mensaje.
La textura es otro factor que es muy importante. Con ausencia de color, las texturas son las que dan volumen y acercan las formas al espectador. Con las texturas hay que tener un especial cuidado de no excederse, dando una sensación irreal a los componentes de la fotografía.
Adjunto una magnífica fotografía de Paco Sancho, en la que podéis apreciar como maneja la técnica de alto contraste y la textura en el rostro de Elías (Fotografía: Elías, mi librero de cabecera).
Las formas y patrones repetitivos, son otro elemento que dan gran fuerza a la fotografía en blanco y negro. Las líneas, los patrones repetitivos, los puntos de fuga en las perspectivas, simetrías verticales, horizontales u oblicuas, objetos geométricos, etc. son elementos que juegan un papel fundamente ante la ausencia de color. Estas formas son las que consiguen que guiemos la mirada del espectador a elementos concretos de la fotografía. La ausencia de color, evita la distracción del espectador por colores llamativos e intensos y da mucha fuerza a las formas en la composición.
Los momentos de mejor luz para tomar fotografías en blanco y negro no difieren de las mejores momentos para color; siguen siendo las primeras horas del día y el atardecer.
Una característica interesante del blanco y negro es su atemporalidad. El color nos sitúa mejor en una época e incluso si esta amaneciendo o si esta poniéndose el sol. Esto es mucho más complicado en la fotografía de blanco y negro.