Los fotómetros son instrumentos destinados a medir la intensidad de luz. A efectos prácticos en fotografía, los usamos para determinar la exposición correcta en una escena determinada midiendo el tiempo de obturación correspondiente a una abertura que hemos fijado, o a la inversa.

Básicamente hay dos tipos de fotómetros, los de luz reflejada que los encontramos incorporados en las cámaras y los de luz incidente que suelen ser fotómetros externos o de mano:

De luz reflejada

Mide la luz reflejada en los objetos, al igual que lo hace el fotómetro de nuestra cámara. Se mide apuntando a la superficie a fotografiar y cercano a ella para que la medición sea precisa (hacia la cara de persona de la que se quiere hacer un retrato, por ejemplo).

El porcentaje de luz reflejada depende del sujeto que la refleja. Si el sujeto es oscuro, reflejara menor luz que si es claro y por ello debemos interpretar la medida correctamente y tenerlo en cuenta en la corrección que debemos aplicarle según el tipo de sujeto.

Otra limitación de estos fotómetros es que no permiten conocer con precisión cuanto está sobreexpuesta o subexpuesta una escena, ni para medir el contraste entre las zonas más iluminadas y las de mayor sombra de la escena.

De luz incidente

Mide la luz que, desde la fuente de luz incide sobre el fotómetro. Se mide colocando el fotómetro en un lugar cercano al sujeto, apuntando hacia la fuente de luz.

Medir la exposición con fotómetro de mano, por lo general externo, proporcionará una medida más precisa que cuando usamos el fotómetro interno de las cámaras. Estos fotómetros suelen utilizarse en los estudios aunque dependiendo del tipo de fotografía, también es habitual usarlos en exteriores.

Estos fotómetros nos permiten:

  1. Mayor precisión y control de la exposición
  2. Medir el ratio de contrate entre diferentes zonas de la escena
  3. Medir con precisión la sobre y subexposición
  4. Permite mantener el raccord de luz entre diferentes planos
  5. Preiluminar un decorado antes de empezar una sesión

Los fotómetros de luz incidente presentan una especie de semiesfera blanca semitransparente (llamada calota) donde mide la luz incidente y nos dará una medida de los valores de exposición que colocaremos en la cámara en modo manual. Por lo general, los fotómetros de luz incidente pueden configurarse también para usarlos como fotómetros de luz reflejada.

Los exposímetros de flash son otro tipo de fotómetros de luz incidente que están diseñados para medir únicamente los destellos de las pequeñas fracciones de segundo que emiten los flash. Los fotómetros combinados están diseñados para medir luz incidente, reflejada y de flash.

Podemos encontrarnos con situaciones y condiciones muy variadas que requerirán diferentes modos de medición. Algunas de estas situaciones son:

  1. Contraluz
  2. Escena iluminada con luz de vela
  3. Escena muy contrastada (luces y sombras muy fuertes), etc.
  4. Probar también el bloqueo de medición de exposición y reencuadre en el caso de un contraluz no centrado, utilizando modo puntual o ponderado al centro.

Para la fotografía de estudio se suelen utilizar fotómetros especiales que son capaces de medir la temperatura de color de la luz. A cada fuente de luz le corresponde una longitud de onda que medimos con su temperatura de color expresada en Grados kelvin (K). Estos instrumentos permiten calcular con precisión la temperatura de color de la luz emitida por los diferentes tipos de lámparas. Esto es fundamental en fotografía profesional realizada en interiores con iluminación artificial, ya que la temperatura de color de las lámparas varían por su tipo y fabricante e incluso pueden virar con el paso del tiempo.

El precio de los fotómetros externos es elevado y varía mucho según sus prestaciones y fabricante. Podemos encontrarlos entre 200 y 700 €.

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