En el artículo anterior “Cómo seleccionar una impresora fotográfica” hemos visto los diferentes tipos de impresoras de chorro de tinta, aunque también existen en el mercado las impresoras láser (banco y negro y color) que son menos utilizadas en la impresión fotográfica y a pesar de que existen modelos domésticos, normalmente se usan mucho más en las empresas.

La tinta de las impresoras es extremadamente cara. Las cosas como son: muchas veces sale más barato comprar una impresora nueva que renovar el juego de cartuchos de una impresora de chorro de tinta básica.

El precio de la tinta es más elevado que el del petróleo, los perfumes de lujo o el vino Vega Sicilia. No creo que los cartuchos de tinta justifiquen su precio solo por la inversión que hacen los fabricantes para el desarrollo de la tecnología de impresión, tintas y soportes. Es evidente que los fabricantes están subvencionando el precio de las impresoras aplicando un sobrecoste en el consumible de tintas. Esto se lo pueden permitir por sus patentes que en la mayoría de los casos impiden el uso de cartuchos de otros fabricantes, eliminando de esta forma la libre competencia.

La estrategia de todas estas empresas es que compremos sus impresoras al menor precio posible, facilitando mucho su compra, para mantenernos cautivos con la compra de sus cartuchos de tinta a un alto precio.

La calidad del papel de impresión es crítica para obtener los mejores resultados en la impresión, es fundamental a la hora de realizar un trabajo de impresión. Para lograrlo y según la aplicación y uso que queramos darle, es necesario conocer los principales tipos de papeles que se pueden encontrar en el mercado según las materias primas, la estructura y naturaleza de su superficie, el acabado, su gramaje…

Las personas están en contacto con cualquier tipo de papeles, desde que se levantan en casa, en el trabajo, en la escuela, en la universidad, en el autobús, en los comercios… (papel para imprimir)

Este es el segundo de cuatro artículos en el que veremos la tinta y el papel (consumibles) para impresión de imágenes fotográficas.

Tinta

En el corazón de la tecnología de las impresoras de inyección de tinta están los cabezales de impresión, que son los encargados de expulsar la tinta mientras se mueven de izquierda a derecha a lo ancho de la superficie de impresión. Los cabezales de impresión contienen filas de pequeñas aberturas, llamadas boquillas. A medida que el cabezal de impresión realiza un paso completo a través de la superficie de impresión, un motor de la impresora avanza el papel línea a línea, exponiendo la siguiente área sin entintar al conjunto de boquillas de inyección de tinta.

En los cabezales de impresión piezoeléctricos, una carga eléctrica activa un elemento mecánico que empuja una gota de tinta a través de la boquilla. En una cabeza de impresión de chorro de tinta térmica, un elemento térmico calienta la tinta muy rápidamente, creando burbujas de aire cuya presión fuerza las gotitas de tinta fuera de la boquilla.

Los cabezales de impresión piezoeléctricos pueden expulsar gotitas de tamaño variable desde una sola posición de boquilla, permitiendo obtener detalles de imagen nítidos y finamente resueltos. Normalmente, las cabezas de impresión de chorro de tinta térmica ofrecen una alta densidad de boquillas por cabezal, lo que aumenta la velocidad de impresión.

Aunque existen diferencias en cuanto al coste de producción y de vida útil, las cabezas de impresión tanto piezoeléctricas como térmicas son capaces de producir impresiones fotográficas de muy alta calidad.

Haciendo los puntos invisibles

Con las impresoras de inyección de tinta, la ilusión de gradaciones tonales lisas y fotorrealistas se logra utilizando gotas de tinta extremadamente pequeñas y para producir áreas más oscuras o más claras de una imagen, se ajusta su tamaño y espaciado. En otras palabras, una serie de puntos muy juntos y compactos sobre la página creará un tono más oscuro que si ese mismo número de puntos están más espaciados y lejos entre ellos.

El problema, por supuesto, es que si hay demasiado espacio entre los puntos, nuestros ojos pueden apreciarlos como formas individuales y no continuas. De hecho, en los orígenes de esta tecnología, la forma fácil de identificar que una fotografía se había impreso con una impresora de inyección de tinta, era la aparición de puntos visibles en las zonas con tonos altos de luz en la imagen, donde se necesitaba espaciar mucho los puntos de tinta en el papel para lograr tonos muy luminosos.

Por eso, en las impresoras fotográficas de cierto nivel de hoy en día, a menudo no sólo usan cartuchos de tinta con los colores tradicionales cian, magenta, amarillo y negro (CMYK), añaden colores diluidos como son el cian claro (LC), el magenta claro (LM) y el Negro claro (LK) o gris. Estas tintas secundarias funcionan conjuntamente con las primarias CMYK para hacer transiciones sin saltos de los tonos más oscuros a los tonos más claros.

Debido a que su valor de densidad es menor, estas tintas secundarias pueden espaciarse mucho menos y quedarse sus gotas lo suficientemente cerca como para evitar que veamos los puntos individuales a simple vista, produciendo las densidades de impresión necesarias para crear detalles muy sutiles.

En la actualidad, las impresoras de inyección de tinta diseñadas para fotografía de alta calidad, utilizan cartuchos separados para cada color de tinta. Los colores individuales se agotan a diferentes velocidades, lo que permite reemplazarlos individualmente, en lugar de todos a la vez.

Tintas con colorantes y con pigmentos

Una de las características más importantes en las hojas de especificaciones de las impresoras, es el tipo de tinta que utilizan.

La mayoría de las impresoras fotográficas de inyección de tinta del mercado utilizan tintas a base de colorantes. Estas tintas suelen producir colores muy saturados y son relativamente económicas de producir. Sin embargo, su resistencia a la luz es pobre, por lo que los colores son susceptibles de desvanecerse de forma notable en periodos de tiempo relativamente cortos. Para los fotógrafos cuya principal preocupación sea la estabilidad de la imagen y la longevidad, hay en el mercado alternativas de tintas basadas en pigmentos.

Las tintas a base de pigmentos son más resistentes a la decoloración en una amplia variedad de ambientes. Aunque la gama de colores y pigmentos que podemos encontrar ha crecido significativamente en los últimos años, generalmente disponemos de una gama de colores inferior que sus tintas equivalentes a base de colorantes.

Si la estabilidad y permanencia de la imagen es tu preocupación principal, ten en cuenta que las tintas son sólo parte de las causas que la producen. El papel en el que se imprimen estas tintas es igualmente importante, así como las condiciones ambientales en las que se muestre la imagen impresa.

Tinta para impresión en blanco y negro

Debido a las impurezas inherentes a las tintas, una de las cosas más difíciles es alcanzar resultados neutros en impresiones monocromas mezclando las tintas del color. Por lo que las impresoras preparadas para salidas de impresión en blanco y negro emplean una o más tintas negras adicionales.

Una impresora con varios cartuchos de diferentes diluciones de tinta negra, tiene muchas ventajas para imprimir en blanco y negro. Al igual que en color las tintas cian y magenta secundarias, las tintas negras claras o grises pueden producir detalles mucho más fieles en las regiones de altas luces. Estas tintas negras diluidas también reducen o, en algunos casos, eliminan el uso de tintas de color, logrando resultados más neutros.

Tipos de tinta negra

Las impresoras de inyección de tinta a base de pigmentos se suministran con dos tintas negras diferentes. Uno está preparada para papeles brillantes (Photo Black), mientras que el otro está diseñado para usarlo con papeles mate (Matte Black).

Algunas impresoras hay que purgar sus líneas de tinta cada vez que necesitemos cambiar el cartucho de negro mate a negro foto o viceversa, desperdiciando tinta que como hemos visto es realmente cara. En el caso de que tu impresora se comporte de esta manera, la mejor manera de minimizar la tinta que desperdiciamos es dedicar sesiones de impresión a papel mate o brillante en lugar de cambiar con frecuencia los cartuchos después de pocas o de cada imagen.

Papel

 

Opciones de papel estándar

Los fabricantes y empresas de impresión ofrecen una amplia gama de papeles para imprimir, con una gran variedad de niveles de brillo y texturas en su superficie. La característica que más los diferencia está entre los papeles mate y los brillantes.

En los papeles brillantes existe una gama desde los papeles lisos con muchos reflejos hasta los que tiene un acabado final con una textura muy sutil. Las denominaciones que describen a estos tipos de papel son “luster”, “semi-gloss”, “satin”, “photo” y “film”, por mencionar algunos de ellos. Por regla general, los papeles brillantes tienen un amplio gamut de color, ofreciendo la mayor gama de matices y de saturación. Estos papeles producen impresiones finales muy ricas y con un alto nivel de contraste.

Los papeles mate, si los comparamos con los brillantes tienen un gamut relativamente menor y producen negros más débiles. Su atractivo reside en gran medida, en la gran variedad de texturas en sus superficiales. Los papeles con un “diente” prominente pueden dar un aire artístico a contenidos adecuados, pareciéndose más a los acabados tradicionales que al de las típicas fotografías.

Estos papeles se fabrican en diferentes formatos, tamaños y gramajes. Según el grosor, su uso más frecuente es:

  • 40 a 60 g: Utilizado en periódicos.
  • 80 a 100 g: Papel de folio clásico de oficina.
  • 90 a 170 g: El utilizado en impresión de folletos y carteles. El más común está estre 100 y 135 g.
  • 200 a 250 g: Cartulina fina Utilizada para imprimir tapas de revistas o flyers.
  • 250 a 350 g: Utilizado en tarjetas postales, tarjetas de visita, o flyers Gruesos.
  • 350 a 450 g: Cartón utilizado para tarjetas de visita y cubiertas de libros o revistas.

En las copias fotográficas impresas los gramajes oscilan entre 110 y 375 g.

A pesar de su elevado precio, recomiendo usar cartuchos de tinta originales de los fabricantes de impresoras. Es la mejor forma de asegurar la duración de nuestras fotografías impresas.

La elección del tipo de papel, por supuesto, depende de nuestras preferencias personales.

Además de los papeles que fabrican las empresas de impresoras, hay en el mercado muchas alternativas de empresas especializadas en papel fotográfico que suministran una gran variedad y una excelente calidad de papeles de impresión fotográfica.

Entre estos terceros proveedores, mi marca preferida es ILFORD.

Aunque imprimiendo nosotros mismos nuestras fotos es la mejor manera de tener el control sobre todo el proceso de impresión, cuando el número de impresiones o copias que necesitamos realizar es elevado y dependiendo del tipo de impresora que tengamos, recomiendo que evaluemos la alternativa de enviar a imprimir nuestras copias fotográficas e una empresa especializada, porque puede ahorrarnos mucho tiempo y dinero. Eso sí, que sea una buena empresa.

Blas Marco

Fotógrafo y Webmaster, blas FOTOGRAFÍA

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