Si acabas de comprar o te han regalado tu primera cámara DSLR o tu primera compacta de objetivos intercambiables y estas abriendo su caja, te recomiendo que sigas estos primeros pasos para sacarle el máximo partido y desde el primer momento.

Me gustaría felicitarte por tu nueva cámara y para que puedas aprovecharla al máximo, hay algunos pasos a continuación que te recomiendo que sigas y que seguro te ayudaran.

Registra tu cámara

Antes de empezar a disfrutar de tu nueva cámara, debes anotar su número de serie y guardarlo en algún lugar seguro lo antes posible. También es muy importante que la registres en la web del fabricante para facilitar su reparación en caso de avería durante la garantía, una vez finalizada o incluso por si te la roban.

Carga la batería

La primera cosa que debes hacer cuando abras la caja de tu nueva cámara, es poner la batería en el cargador siguiendo las recomendaciones del fabricante. Es importante que en las primeras cargas se alcance la máxima carga para ayudar a prolongar su vida útil.

Durante la carga de la batería, podrás aprovechar ese tiempo para darle un vistazo al manual y asegurarte de que tienes todo lo demás listo para tu primera sesión fotográfica.

Formatea la tarjeta de memoria

Debes acostumbrarte a formatear la tarjeta de memoria, así que es recomendable que adquieras este hábito lo antes posible.

En mi flujo de trabajo, las formateo después de cada sesión, una vez que descargo las imágenes en el ordenador y realizo su copia de seguridad. El formateo de la tarjeta en la cámara, va a asegurarte que la tarjeta está lista para guardar los ficheros de las imágenes que produzca con ella y reduce el riesgo de encontrarte en medio de una sesión, con la tarjeta o sus archivos dañados.

Lee el manual

Ahora viene una de las cosas que mas me cuestan, la lectura del manual de la cámara. En el manual de tu cámara encontrarás la mayoría de las respuestas a las dudas técnicas que te irán apareciendo con el uso de la cámara. Es algo evidente, pero la realidad es que la mayoría nos sentimos tentados por estrenar la cámara y empezar a tomar fotos dejando para mas tarde la lectura del manual, sin encontrar el momento adecuado.

Si no te lees el manual de instrucciones, podrás disparar fotografías pero solo le sacarás una pequeña parte de todo su potencial. Por ejemplo, ¿conoces la diferencia entre One-shot AF y AF AI Servo?, ¿sabes como ajustar la reducción de ruido a tu gusto? o ¿sabes como eliminar el aviso sonoro cada vez que enfoca la cámara?. El manual te ayudará a entender el funcionamiento de tu cámara y a resolver todo esto. Incluso si ya conoces el manejo de modelos similares, nunca está de más dar un vistazo al manual porque seguro que encontraras funcionalidades que de otra manera no llegaras a conocerlas nunca.

Una cosa más, te recomiendo que tengas la cámara el la mano para ir siguiendo y practicando todas las explicaciones que encontrarás en el manual.

Configura la cámara en RAW

No es necesario que dispares en RAW. De hecho, puedes decidir que el JPEG es el formato a usar, pero te recomiendo que te des la oportunidad de probarlo. No sólo va a darte archivos sin comprimir, sino que también te dará mucha más flexibilidad y capacidad en el procesado de las imágenes.

El procesado de las imágenes RAW es más complejo de lo que es con archivos JPEG, así que si eres muy novato, lo mejor es que configures tu cámara para capturar simultáneamente en modo RAW + JPEG. De esta manera, tendrás las JPEG finales para compartirlas inmediatamente y archivos RAW para trabajarlos durante tu proceso de aprendizaje. Así necesitarás más espacio de almacenamiento en sus tarjetas y el disco duro, pero lo que obtienes como recompensa vale la pena.

También puedes decidir que el mayor uso de espacio de almacenamiento o el trabajo adicional que te supone el procesamiento no es para ti, y eso es algo totalmente comprensible. Pero, te debes a ti mismo date la oportunidad de trabajar en RAW. Es una de las mejores recomendaciones que te puedo dar.

Ahora bien, siéntete libre de ignorar los archivos RAW hasta que estés listo para aprender y empezar a trabajar con el flujo de trabajo que requieren los archivos RAW.

Desecha el modo automático

La cámaras réflex digitales son inteligentes. Tan inteligentes, que los perezosos pueden dejar que hagan casi todo por ellos. La selección de los modos de exposiciones creativas como son el de prioridad de abertura, prioridad de obturación, o incluso el totalmente manual, lograrán que pienses sobre el proceso de tomar una foto. Si estas acostumbrado a tomar fotografías con una cámara compacta o incluso tu teléfono, es muy probable de que no te tiente seleccionar la abertura y la velocidad del obturador. Te recomiendo que selecciones los modos de exposición creativos e incluso la exposición manual y que te convenzas que es la forma de sacarle el máximo de partido a tu nueva cámara.

Si seleccionas el modo manual, vas a tener que ser muy rápido en manejo de los diales y botones para conseguir ajustes correctos para cada toma. Cuanto más utilices la cámara, más experiencia adquirirás y más fácil te resultara, por lo que ponte manos a la obra…

El enfoque automático es otra historia totalmente diferente. Este automatismo si que te recomiendo que lo uses en la mayoría de las situaciones. Puedes cambiar a enfoque manual si quieres, pero los sistemas AF de la mayoría de las réflex digitales son muy precisos y útiles. El AF es una herramienta y el poder utilizarla de manera eficaz, puede suponer una gran diferencia y ser de gran utilidad en tus fotografías.

Si te sientes frustrado con los modos creativos de exposición, es sin duda aceptable que cambies a un modo más automático. Si ese es tu caso, asegúrate de utilizar la ventaja que supone la compensación de la exposición.

Descubre las limitaciones de tu cámara

Cuando subes de nivel tecnológico al adquirir una nueva cámara o cuando es tu primera cámara, es fácil crearse expectativas demasiado altas o bajas sobre su comportamiento real. Puede que sea mejor de lo esperado en situaciones de poca luz y que enfoque mucho más rápido de lo que esperabas, pero aun siendo así todavía tiene sus limitaciones.

Te recomiendo que selecciones y hagas una prueba con cada ajuste ISO. A continuación haz pruebas en situaciones de iluminación diferentes y repítelo con varios ajustes ISO. Revisa las imágenes en tu ordenador, y te darán una idea de cómo se comporta y qué ajustes ISO funcionan mejor para ti.

También vale la pena que evalúes el funcionamiento del enfoque automático en situaciones de muy poca luz. Prueba para ver como se comporta y lo rápida que es en el modo de ráfaga de alta velocidad.

Conocer todos estos detalles en la realidad, te ayudarán a estar mejor preparado para cuando realmente lo necesites.

Establece un sistema para almacenar tus fotos

Si ya has realizado muchas fotos, es posible que ya tengas un sistema para almacenarlas. Si es así, bien hecho. Pero para aquellos que aun no tengáis un sistema para almacenarlas, en poco tiempo os encontrareis con un gran desorden.

Escoge un lugar principal donde almacenar tus fotos y un método de nomenclatura estándar para las carpetas y las imágenes. Cualquiera que sea el software que estés utilizando para importar las imágenes, debe ser capaz de gestionarlas y mantenerlas clasificadas en una base de datos de imágenes, incluso si estás usando una aplicación libre como Picasa de Google o iPhoto de Apple. En mi caso utilizo Lightroom de Adobe.

Etiqueta tus imágenes con información útil al importarlas, para que sea fácil encontrarlas más tarde. Ten en cuenta, que una nueva cámara conlleva a menudo, un enorme aumento en la producción de imágenes y debes ser capaz de encontrarlas entre cientos de fotos del archivo.

¡Dispara, dispara y dispara!

Una vez familiarizado con tu nueva cámara, ahora viene lo mejor, que es salir por ahí y disparar. Disparar mucho, pero sin ser demasiado frívolo. Piensa lo que quieres fotografiar, mira a tu alrededor, y cuando veas la escena, dispara.

Las cámaras digitales nos dan la posibilidad de disparar más libremente que las de película, pero olvidamos que el obturador de tu nueva cámara está diseñado y construido con elementos que solo pueden soportar un cierto número de disparos antes de que entren en riesgo de tener problemas. La mayoría de las cámaras tienen un máximo de disparos estimado y su rango varía entre 50.000 y 400.000 dependiendo del segmento de la cámara. Parece mucho, pero si mantienes el disparador apretado en modo de ráfaga de alta velocidad, te sorprenderás de lo rápido que se acumulan los disparos.

En mi caso, no soy de disparo fácil, posiblemente porque empecé con la fotografía con carrete. Si no veo la escena y me llama la atención, no disparo, aunque si la veo, no dejo pasar la oportunidad de disparar y de experimentar.

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